viernes, 22 de junio de 2012

Con "B" de BERTA. Cap. 1

UNO
Paredes grises. La mesita que separa a Berta del joven que tiene enfrente es una especie de dado blanco gigante que está bastante sucio por la parte de abajo , seguramente por el roce de los zapatos de todas las personas que han pasado por allí. Ese dado ha sido testigo de esperas, de nervios, de alegrías, de incertidumbres y, sobre todo, de decepciones.
La sala de espera es bastante pequeña y Berta empieza a agobiarse. Lleva ya mucho rato sentada, aunque también se ha dado algún que otro paseo observando las estanterías llenas de libros y revistas para matar de alguna forma el tiempo. También ha mirado varias veces los cuadros de famosos presentadores que hay en la única pared pintada de rojo. Presentadores guapos, sonrientes, con gran autoestima y carisma, de la cual ella carece. No debería haberse presentado al casting. Ella no sirve para eso y ya se lo han hecho saber en más de una ocasión. Tantas pruebas para tantos programas de televisión y radio a sus espaldas y ni una sola llamada después. Por algo será.
La joven empieza a impacientarse y su inseguridad aumenta. ¿Qué está haciendo allí? Nada, no hace nada. Simplemente pierde el tiempo. Está a punto de levantarse del sillón rojo para volver a su casa cuando se abre la puerta blanca con dibujos negros que tiene a su izquierda y aparece una mujer con aspecto serio. Ya la conoce de antes. Es la encargada de apuntar los nombres de la gente que se presenta a la prueba, pero ahora se ha quitado la chaqueta beige que llevaba cuando la vio esa misma mañana al entrar en el edificio y muestra su delgada figura bajo una camiseta ceñida de color turquesa, que combina con unos pantalones pitillo negros y un colgante largo verde lima, que le llega hasta la altura del ombligo, pasando por su pronunciado escote. Los pequeños pliegues que le salen de los ojos formando patas de gallo hacen ver que tiene unos treinta y nueve o cuarenta años, pero su cuerpo dice lo contrario.
Saca un papel del interior de la carpeta roja que lleva en las manos y lo observa durante unos segundos. Se pone las gafas negras de pasta que llevaba colocadas encima de la cabeza de forma que  resalta su corte de pelo moderno, y vuelve a mirar el papel de antes. Parece ser que ahora sí que consigue ver lo que quiere y le pregunta a los dos chicos que están sentados.
-Ustedes vienen a las pruebas para "Confesiones en la ventana". ¿Cierto?
-Si. -Responden los dos al unísono.
-Permanezcan sentados, ahora mismo les avisaremos y podrán irse por donde han venido.
La mujer mira de arriba a abajo a Berta, luego al chico y, con aires de superioridad, se da la vuelta y desaparece por la puerta. La situación ha puesto aún más tensa a la chica, que sopesa la decisión de antes y decide esperar un rato más.

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