lunes, 8 de julio de 2013

Alejandro Sanz. La música no se toca.

Seis de julio de 2013. Llevo meses esperando que llegue este día, mirando constantemente el calendario y contando cuántos númeritos quedan aún por tachar para poder volver a sentir la sensación que recorrió mi cuerpo hace ya casi dos años. Y hoy, por fin, al mirar de nuevo el calendario veo las letras que hace tiempo escribí desesperada por el estrés de lo exámenes para tener algo a lo que aferrarme. Está ahí, es el día, hoy tengo una cita con miles de personas, entre ellas, Alejandro Sanz.
La mañana transcurre lenta, o al menos más lenta de lo que yo preferiría. Después de almorzar intento distraerme con el ordenador, pero mis ansias me pueden y no me puedo estar quieta, así que me tumbo en el suelo de la terraza y me pongo a charlar con Coco. O al menos a hablar mientras ella mueve las orejas.
Miro constantemente el reloj hasta que por fin son las ocho. En realidad es aún demasiado pronto, pero no puedo aguantar más tiempo parada, de modo que me pego una ducha y empiezo a preparar todas las cosas.  Miro constantemente el móvil para ver lo que va tuiteando Alejandro Sanz y cuando sube una foto en el carranza me empiezo a poner nerviosa. Ya está allí, haciendo la prueba de sonido y yo todavía estoy en mi casa. Me peino, me maquillo, meto la cámara de fotos y el objetivo en el bolso y me siento a esperar. Una espera que se me hace eterna.
Por fin son las 9, me despido de mis padres y voy andando lo más rápido posible hasta la parada del autobús y allí me quedo esperando. Cuando lo veo a lo lejos saco el bonobús del bolso y cuando me voy a subir compruebo que está llenísimo, lo cual era de esperar.
De camino al estadio, me pongo a charlar con dos polacos que iban también al concierto, como la mayoría de los que estábamos allí, ya que no bajamos todos en la misma parada.
Una vez allí, llegan mis padres que venían en la moto y un rato más tarde, un matrimonio amigo de los dos. Los hombres se van por ahí y nos quedamos mi madre, su amiga y yo buscando el final de la cola para entrar que rodeaba todo el estadio; pero como andábamos y andábamos y la no encontrábamos, nos acabamos colando delante de un grupito que estaba despistado en ese momento. Somos la maldad personificada.
Entre charla y charla, llegamos ya a la puerta donde están pidiendo las entradas. Yo tengo miedo de que no me dejen entrar con la cámara, pero ha pasado ya tanta gente por delante de los seguratas que ni se preocupan en registrar bolsos.
Una vez dentro del estadio, empezamos a subir y subir escaleras, mi madre me compra un póster de la gira en un puestecillo de merchandising y continuamos subiendo hasta que llegamos a nuestros asientos. Estamos altísimo y casi no se ve el escenario, pero yo estoy feliz porque no queda nada para que empiece el concierto. Realmente, debería haber empezado ya, pero la gente continúa entrando y por un fallo en la organización no van a dejarlos fuera.


Comienza el espectáculo y todo el mundo se viene arriba. Yo empuño mi cámara y comienzo a hacer fotos como una loca; y es que se ve todo mucho mejor a través del zoom que de cualquier otra forma.
Termina la primera canción y no sé si es por motivos técnicos, por el viento o porque estamos muy lejos, pero nadie de la grada está contento con el sonido y se lo hacemos saber a los organizadores como siempre se hace en Cádiz: Tocando las palmas y cantando "No se escucha".

El concierto continúa y más o menos se empieza a oír mejor; o al menos mis oídos se acostumbran a ese sonido. Intentan poner las pantallas gigantes, pero el viento no lo permite. Aún así, podemos disfrutar de la pantalla que ocupa todo el fondo del escenario.
Diferentes artistas como Manu Carrasco o Niña Pastori van pasando por las tablas para colaborar con Alejandro Sanz. Otras canciones están acompañadas sólo por un piano y el coro; e incluso una de las vocalistas cobra principal protagonismo para cantar "Looking for paradise" junto a Alejandro.
El público canta las canciones, baila, salta y aplaude. Está siendo un gran concierto hasta que llega el final de la velada y el artista se despide. O más bien, finge que se despide, ya que espera oír del público el característico canto de los conciertos de "Otra, otra, otra" y vuelve al escenario. Todos aplaudimos e incluso algunos que ya habían empezado a irse vuelven corriendo a sus sitios cuando comienzan a sonar los primeros acordes de "Mi marciana".



Para terminar, hace un poppurri con los estribillos de sus canciones más conocidas como "El alma al aire" entre otras.



Alejandro Sanz se despide dando las gracias a Cádiz, lanzando besos a diestro y siniestro y marcándose un baile de los que él suele hacer, con ese toque andaluz.



Los focos se encienden y todos empezamos a movernos de nuestros sitios para salir del estadio. Yo con mi póster en una mano y con el alma cargada de nuevos sentimientos y emociones; una vez más, acompañados todos de la compañía de mi madre, aquella que casi siempre está en mis mejores recuerdos.


lunes, 1 de julio de 2013

Con "B" de BERTA. Cap. 46

CUARENTA Y SEIS
  Las paredes de atrezzo que conforman el pasillo por el que pasan Alejandro Mateo y Berta dan paso a una escalera. A partir de ahí, desaparecen todos los cables por el suelo, los focos colgando del techo y todo lo relacionando con los entresijos de un plató de televisión y aquella productora de televisión se empieza a parecer más a unas oficinas que a otra cosa. Cuando llegan al último escalón, el señor Mateo gura a la derecha y Berta le sigue.
  -¿Qué es eso que me tienes que decir? -Pregunta la joven temiéndose lo peor. Su representante se para delante de una puerta y contesta.
  -Ellos te lo van a explicar mejor. -Y sin que a Berta le dé tiempo a decir nada, abre la puerta y entra en la habitación. La chica hace lo mismo y se encuentra en medio de lo que parece ser una reunión. Hay una mesa en el centro, rodeada por las cinco personas enchaquetadas que la habían estado observando mientras hacía la prueba, lo cual le pone mucho más nerviosa de lo que ya estaba. En uno de los lados de la gran mesa, hay dos sillas libres y el señor Mateo se sienta en una de ellas, de modo que Berta hace lo propio con la que queda. Todos están muy serios y ella no sabe a donde mirar. Se siente pequeña entre tanto pez gordo.
  -Buenos días. -Consigue decir casi sin voz.
Nadie le contesta. Se limitan a asentir con la cabeza excepto uno, el que parece ser más mayor, que comienza a hablar.
  -Buenos días, Berta. -Bien, se saben su nombre. Algo es algo. -Como habrás podido comprobar, hemos estado presentes hace un rato en la prueba que has hecho. Sabes que el casting está ya cerrado ¿Verdad?
  -Sí. -Contesta casi sin poder mirarle a los ojos.
  -Te hemos ofrecido esta oportunidad porque ya trabajaste otra vez con la productora, aunque no era yo quien llevaba el proyecto, pero sé que a pesar de que estuviste poco tiempo, todos quedaron realmente satisfechos contigo.
  -Muchas gracias -Berta no puede evitar sonrojarse al oír esas palabras y agacha un poco la cabeza intentando que no se le note.
  -Mira, quiero serte sincero. Hemos estado reunidos hablando sobre ti como futura copresentadora del programa y la mayoría confiamos en que lo sabrás hacer realmente bien; pero aún nos queda comprobar si empastas con el resto del equipo, si eres capaz de aportarle humor a tu parte del guión... Pequeños detalles que marcan la diferencia. ¿Me entiendes?
  -Sí, por supuesto. Estoy dispuesta a hacer lo que ustedes me digan. -¿Realmente le están dando una oportunidad? No se lo puede creer. Tiene delante suya la oportunidad de volver a la televisión; y además, en un programa cuyas promociones están causando ya expectación entre el público. ¡Sí! ¡Sí quiero! Es lo único que se le apetece decir ahora mismo, pero no es el momento adecuado, de modo que se controla y sigue guardando las formas.
  -Me alegra verte tan dispuesta porque vamos a grabar ahora mismo el programa piloto para enviárselo a la cadena y serán ellos los que decidan si te quedas o no con nosotros. Toni se encargará de darte el guión para que lo mires mientras estás en peluquería y maquillaje y también necesitamos que nos des tu talla, a ver si conseguimos alguna marca que nos la ceda para hoy mismo. ¡Todos a trabajar! -Dice por último mientras se levanta de la silla y el resto de los allí presentes hacen lo mismo. Alejandro se gira, colocándose frente a Berta, pone las manos sobre los hombros de la joven e intenta tranquilizarle mirándole a los ojos.
  -Berta, te están dando una oportunidad ¡Lo has conseguido! -La expresión de su rostro es claramente de alegría, pero la de ella no expresa lo mismo. -¿Qué te pasa? ¿No estás contenta? Esto era lo que querías.
  -Sí, claro, es solo que grabar hoy me parece muy precipitado. No estoy preparada.
  -Estás más que preparada. Yo confío en ti. siempre lo hice y lo seguiré haciendo porque se que has nacido para esto.
La chica responde con una sonrisa y ambos se abrazan hasta que llega Toni con el guión del programa. En la portada se puede leer "NOTICIERO EXPRESS. Programa piloto: Nos estrenamos".  El señor Mateo se queda allí ultimando los detalles del contrato, ya que aunque finalmente no consiga el puesto en el programa, el piloto se lo tendrán que pagar; y mientras tanto, Berta y Toni se dirigen a maquillaje. Una vez allí, el director de casting se va y deja a la joven en manos de las dos maquilladoras.
  -Parece que hoy ya tenemos trabajo. Espero que esto nos lo paguen.
La otra sonríe y se dirige a Berta.
  -Hola, yo soy Vanessa y ella es Inma. -Dice señalando a su compañera. - Nos vamos a encargar de que salgas siempre guapísima en la tele; aunque viéndote así... creo que no nos vas a dar mucho trabajo ¡Eh!.
  -Jajaja gracias por el cumplido, pero tampoco soy gran cosa. Yo me llamo Berta. -Le da dos besos a Vanessa y luego a Inma. -Encantada.
  -Siéntate aquí, anda. -Dice cariñosamente Inma, que es la que se encarga de la peluquería. Vamos a ver qué te podemos hacer... Por ahora no vamos a arriesgar mucho con el peinado ¿Vale? Prefiero ir descubriendo tus facciones e ir probando poco a poco hasta que te coja el punto indicado.
  -Yo me dejo hacer lo que vosotras me digáis, pero no te compliques mucho porque a lo mejor no me volvéis a ver el pelo por aquí. Por ahora sólo me han contratado para grabar el programa piloto y luego ya se verá si continúo o no.
  -Seguro que sí. Si no, no te dirían que hicieras el piloto ¿No?
Y así, poco a poco, se van conociendo. Cuando ya han terminado con el pelo, Vanessa le limpia a Berta la cara con cuidado y comienza con su trabajo. Es realmente una ventaja que tenga el pelo tan largo porque eso le permitirá más adelante realizar todo tipo de peinados, pero esta vez le ha dejado la melena suelta con tirabuzones perfectamente formados salvo dos mechones de la sien que están sujetos por detrás mediante horquillas para despejarle la cara y mostrar así transparencia ante las cámaras.
Ya le han puesto la base del maquillaje y hace un rato que han parado de hablar porque Berta tiene aún que leer el guión. Una de las chicas le ha dejado un rotulador de color rojo para que vaya marcando las partes en las que tiene que hablar ella y así no se pierda durante el programa, lo cual ha agradecido bastante.
Alguien entra en la habitación, que es bastante pequeña. Tiene cinco sillas para maquillar y peinar, tocadores pegados a la pared y un espejo colocado arriba de cada uno de ellos. Berta sigue con su lectura y no hace caso al visitante, pero parece que no le queda otra que prestarle atención cuando éste se sienta sobre el tocador que hay delante de la joven y le pregunta.
  -Así que tú eres la nueva ¿No?