domingo, 8 de julio de 2012

Orgullosa de lo que tengo

Es curioso que el ser humano sea avaricioso por naturaleza cuando, en realidad, son pocas las cosas que necesitamos para ser felices.
Tirar un papel a la papelera como si fuera una canasta, ir al extranjero y que sepan de dónde eres por tu acento, que jueguen con tu pelo (esto va por mi cari), bañarte en una piscina mientras llueve o incluso la luz de la nevera cuando la abres a oscuras son pequeños placeres a los que no les damos importancia porque solo pensamos en conseguir más y más. Pero a veces, algo hace "clic" en nuestra cabecita y de esta forma, conseguimos darnos cuenta de la vida es bonita, que hay que disfrutar cada momento y que no hay nada mejor que unos buenos amigos para pasártelo en grande.
Yo no me había dado cuenta de todo esto hasta ayer, cuando volví a mi casa después de pasar unos días estupendos con la mejor compañía que jamás habría imaginado.
Todo empezó el viernes mientras me comía una manzana (me encantan las manzanas), cuando sonó el teléfono. Era mi hermanita del alma preguntándome si podía ir a su casa un rato antes de coger el autobús rumbo a Chiclana, así que no me lo pensé dos veces y me planté allí a pesar del solano que pegaba en ese momento.

Una vez llegué al 3º A, me encontré con Pablo, al cual no veía desde hacía un año y fue en ese momento cuando me di cuenta de que lo había echado mucho de menos. Un año sin mi latino, ese enanito al que humillar de vez encuando, pero siempre desde el cariño y el respeto. Ese enanito que me ayudó a entender declinaciones, verbos y demás parafernalias en latín y a aprobar algún que otro examen. Ese enanito que se ha ganado para siempre mi amistad y que podrá contar conmigo cada vez que me necesite.

Minutos más tarde, nos encontrábamos ya sentados en el autobús. A mi lado, Alejandra y, delante nuestra, Amanda y Pablo. Aprovechamos cada segundo del recorrido para recordar momentos, anécdotas, canciones y demás tonterías que refuerzan la base de una buena amistad. Puede parecer una tontería pero yo en ese autobús era feliz. ¿Cuánto tiempo hacía que no tenía un momento "a solas" y de tranquilidad con aquella persona que me proporciona tantos momentos inolvidables? Y en realidad es eso lo que hace que la quiera tanto porque creo que muy pocas personas se atreverían a disfrazarse de Superman un día cualquiera e ir hasta Chiclana o incluso comprar en el Mercadona con esas pintas; a casi nadie se le ocurre dormir en el suelo de un cuarto de baño; y a quién si no se le iba a ocurrir modelar la comida hasta crear formas fálicas.

Si señores, esa es Alejandra. Mi amiga. Mi hermana.

Nos bajamos del autobús y allí nos esperaba Adri, que como yo siempre supe, no tenía muchas luces y había cogido el bus anterior. Mientras, se había estado distrayendo buscando obscenidades con el móvil pero es mejor que ese tema lo dejemos a un lado.
Una vez llegamos al campo, podríamos decir que nos encontramos con la juerga padre. Un montón de amigos bailando y cantando al son de canciones como "Me lo tiro", "No rompas más" o "Soy una taza".
Mientras bailaba, iba saludando a los que se cruzaban por mi camino y, pos supuesto, me seguían el rollo. Mi cuerpo se movía al grito de "La música es mi drogaa!!!" aunque realmente mi ilusión no nacía en las notas musicales, sino en el corazón de cada una de las personas que se encontraban allí:
-Bea, también conocida como mi cari. Una persona que no piensa en ella sin haber pensado antes en los demás. Con la que te puedes ir de copas un día cualquiera y pasártelo en grande sin necesidad de que haya nadie más. Incluso puedes inventarte un código de Malibús con piña o Barceló-Cola para puntuar a los machos que se cruzan por nuestro camino. Una persona que, ante todo, no es racista jajajaja.
-Cristina, con la que picarme cada cinco segundos y, aun así, quererla más cada momento que paso a su lado. Nuestra amistad es el claro ejemplo de la tolerancia. Personas completamente distintas que no podrían vivir la una sin la otra y que me cuida por encima de todo. Una gran amiga, sin duda alguna.
-Isa Riquelme, la yonki del grupo. No se puede ser más feliz que ella cuando vamos a la punta y, lo queramos o no, le da vidilla a las fiestas. ¿Quién mejor que ella para perrear a una columna o para decirte que te quiere en pleno estado de embriaguez?
-Isa Mesa. Con ella sobran las palabras y es que es una persona que me ha hecho ver la vida de otra forma. Es raro que pase un solo día en el que no hable con ella y nos contemos tonterías la una a la otra. Es un gran apoyo y no puedo pedir más de ella porque lo da todo para verme sonreir.





-Amanda, otra de las personas que me siguen en cada una de las locuras que se me ocurren y a la que le puedes pedir mil favores, los cuales cumplirá siempre que esté en su mano. Única en su especie.


También están Antoñito y Adri, con los que no tengo una relación tan estrecha, pero a los que si que les tengo un cariño especial. Con Antonio he chateado montones de horas y he compartido también muchos momentos. Con Adri, no tantos (muahahahaha) pero creo que muchos momentos se me harían mas pesados si no estuviera él para recordarte que hay que ser un poco cabroncete de vez en cuando. Y más aun, hay que ser cabroncete con él.
No puedo dejar de alabar a mis amigos sin mencionar a Paula, que aunque no estuvo presente físicamente este fin de semana, si que lo estuvo en nuestras cabezas, ya que la recordábamos a cada momento y echábamos de menos sus comentarios ingeniosos y crueles. Habría sido un buen refuerzo para seguir metiéndome con Adri. Solo me quede contar los días para que vuelva al que siempre será su grupo de amigas y así podremos sentirnos completas.


Con todo esto lo que quiero hacer ver es que lo que nos hace felices no son las cosas que tenemos, sino con quien las compartimos. Que todo puede ser oscuridad o estar lleno de luz dependiendo de los ojos con los que queramos mirarlo. Y que uno es feliz si quiere serlo. Por eso quiero dar las gracias a todos estos, que hacen que quiera ser feliz junto a ellos y disfrutar cada momento aunque sea haciendo la cosa más absurda que podáis imaginas, siempre y cuando sea con ellos.
PD: No me preguntéis por qué hay letras en negrita o subrayadas porque ni yo misma lo se. Son cosas que pasan.

2 comentarios: