martes, 28 de mayo de 2013

Esta soy yo.

Creo que es bueno conocerse a uno mismo y, ahora que tengo ya diecinueve años, va siendo hora de saber si realmente me conozco o no. Por eso tengo intención de escribir todo cuanto sé de mí en este post y usarlo como una especie de terapia que me servirá para saber cómo soy realmente y qué es aquello que debo cambiar.
Desde pequeña he sido muy vergonzosa y hoy en día sigo siéndolo. Me gusta caminar por la playa, pero no bañarme en el mar, las olas y el agua salada me agobian. Adoro el invierno y dormir sepultada bajo un montón de mantas. También me quedo dormida cuando me tocan el pelo, pero creo que eso le pasa a casi todo el mundo.
Siempre me ha gustado ser la princesita de mi madre y por eso me disfrazaba de Blancanieves cuando era una niña. Ahora ya no me disfrazo, pero sé que para ella sigo llevando la corona puesta. Es la persona más importante en mi vida, una de las que más quiero y con la que me iría al fin del mundo. Sufro de "mamitis", sí, pero creo que no hay nada mejor que el amor que siente una madre por su hija.
Me gustan las cosas absurdas porque son el resultado de una mente creativa y me quedo embobada ante una buena fotografía. Me pongo nerviosa cuando tengo que hablar en público, pero lo contrarresto con mi habilidad para improvisar.
No soporto que me toquen con los pies, lo detesto totalmente. Me encantan los animales, ya sean mamíferos, aves, reptiles, anfibios o peces. Son seres que sienten y creo que hay que cuidarlos.
Soy una persona insegura, caprichosa y cabezota. A veces contesto borde sin darme cuenta y otras veces lo hago queriendo.
Mi mente está creando constantemente y es por eso que empiezo muchos proyectos, pero mi poca paciencia hace que no termine casi ninguno.
Para pasar el tiempo, me gusta dibujar y leer. Montar a caballo es una de mis pasiones, pero no está al alcance de mi poder adquisitivo. Aún así, no pierdo la esperanza y sé que tarde o tempano volveré al mundo ecuestre.
No me cuesta perdonar a quien realmente lo merece y olvido los motivos de mis enfados con facilidad, lo cual me hace perder mis argumentos.Sinceramente, creo que es algo positivo.
Me tenso cuando no controlo la situación y me da pavor perderme por un sitio desconocido. En cambio me encanta perderme en compañía, siempre y cuando sea buena.
No soy persona de tener muchos amigos, pero los que tengo sé que son de verdad e intento cuidarlos lo mejor que puedo, aunque muchas veces me he equivocado con ellos.
Respecto a la música, no me gusta escucharla con el volumen muy alto, pero me encanta cantar con los amigos. Sólo me gusta bailar cuando lo que bailo es una coreografía ya hecha, pero en esos casos lo doy todo.
Necesito vivir experiencias nuevas cada cierto tiempo, ya sea yéndome de viaje o a un concierto. Intento ayudar siempre que puedo, pero se me da muy mal consolar. Tengo cosquillas por todo el cuerpo y me encanta hacer barbacoas en las que se reúne toda mi familia.
Adoro a los niños, cuanto más chicos, mejor. Me considero una persona romántica y siempre he pensado que se debe a que desde pequeña he sido espectadora de la bonita historia de amor de mis padres.
Acostumbro a hacer locuras sin pensar y luego me toca comerme el marrón en el que me he metido. Me gustan las personas opuestas a mí porque me complementan y soy una persona fanática, que lo da todo por aquello que realmente le gusta.
Mi hermano y mi padre son y serán siempre dos de los hombres de mi vida y a pesar de los numerosos desacuerdos en ciertos temas, no podría estar sin ellos porque, como he dicho antes, son dos de las personas que me complementan.


A veces me gusta el olor a tabaco, pero otras veces lo detesto. Soy una persona de lágrima fácil, pero intento no mostrarlo dependiendo de quien me acompañe en ese momento.
Y por último, las obligaciones me gusta hacerlas sola, de forma que nadie me mire y lo haga todo a mi ritmo sin ninguna presión.



martes, 14 de mayo de 2013

Con "B" de BERTA: Cap 31

TREINTA Y UNO
  Las paredes decoradas con frescos le dan un toque de elegancia al local en el que Berta y el Señor Alejandro Mateo están disfrutando de una buena mañana de anécdotas pertenecientes a años pasados; pero la decoración ahora no importa porque ninguno de los dos se está fijando en eso ahora. Aunque estuvieran en una nave industrial con el suelo de hormigón seguirían siendo igual de felices.
A Berta le acaban de proponer que se presente a un nuevo casting en el que ella es claramente el perfil que buscan; y Alejandro vuelve a representar a una de las niñas a las que más quiso en sus mejores años de representante. Nada puede salir mal.
  -¿Champagne? ¿A estas horas de la mañana?
Berta mira al Señor Mateo extrañada, pero con una sonrisa de oreja a oreja que no puede evitar.
  -Tienes razón. Quizás no lo he pensado demasiado jajajajaja -Ambos se echan a reír. -¿Qué te parece si vamos a celebrarlo a la heladería que tanto te gustaba de pequeña? "Delicity" se llamaba, ¿Te acuerdas?
Berta se sorprende al ver que no ha olvidado ese tipo de cosas; pero también se siente mal porque ella era muy pequeña cuando la representaba y no se acuerda de tantas cosas como él. De repente, suena la melodía de "Tug of war" desde el móvil de Berta. Lo casa del bolsillo de los vaqueros y mira la pantalla. Se alegra al ver que es África, así podrá contarle la nueva noticia.
  -¿Te importa si salgo un momentito a contestar a la llamada?
  -¡Claro! No te preocupes. Yo mientras voy pagando todo esto. -Y se levanta a la vez que Berta, como buen caballero que es. Una vez la joven se ha alejado de la mesa, vuelve a sentarse y pide la cuenta al camarero.
Berta sale del local, se deja caer en la pared de la fachada, junto a la puerta, y descuelga.
  -¡Afri, qué bien que me hayas llamado! -Su cara de ilusión lo dice todo. -No te vas a creer...
  -¡No, ahora no tengo tiempo! -No le deja terminar y empieza a hablar ella. -¡Berta, tienes que sacarme de aquí! ¡Tienes que sacarme ahora!
Berta se asusta. Las palabras de su amiga hacen que le empiecen a temblar las piernas y el tono que está utilizando no es precisamente de broma.
  -¿Qué te pasa África? ¡Dime dónde estás que voy para allá con el coche y estoy allí en cinco minutos!
  -¡No, no vengas! Verás, voy a salir de aquí y necesito que dentro de uno o dos minutos me llames, ¿Vale?
  -¿Que vas a salir de dónde? !No entiendo nada y me estoy poniendo muy nerviosa! ¿Te han hecho algo
Solo con pronunciar esas palabras se le empañan los ojos. Jamás se perdonaría que a su mejor amiga le hicieran daño mientras ella está de risas con un viejo amigo en un bar.
  -Ese es el problema, Berta, que no sé qué me han hecho. Necesito irme de aquí ahora, por favor. -La voz de África empieza empieza a temblar al intentar aguantar las lágrimas que llenan sus ojos y no le dejan casi ver.
  -¿Cómo que no sabes qué te han hecho? Afri, cariño, relájate, respira hondo y busca un espejo ¿Tienes alguno a mano?
  -Sí -¿Cómo no va a tener un espejo a mano si está en el cuarto de baño para que Miguel no la oiga?
  -Vale, quítate la camiseta y mírate si te han hecho algo.
  -¿¿Qué?? ¡No me han quitado ningún órgano ni me han violado, Berta!
  -¿Entonces qué es lo que te pasa, África? ¿Me lo explicas ya o me vas a tener así hasta que me dé un infarto?
  -!Joder, qué complicada eres! Verás, ¿Te acuerdas del día que llamaste a mi casa y yo no te lo cogí? Que te dije que me había dejado el móvil en el trabajo.
  -Sí, claro. ¿Qué tiene que ver con todo esto?
  -Pues que en realidad ese día no te contesté porque estaba en casa de mi jefe. Bueno, de mi novio.
  -¿Qué? África, ¿Te han drogado?
  -¡Que no!
  -¿Entonces? -Berta empieza a enfadarse. Sabe que su su amiga está preocupada de verdad, pero no le está gustando nada el jueguecito este de contar las cosas a medias. -¿Te has liado con tu jefe? ¡Estás loca, África! ¡Y encima sales con él! ¿Sabes lo mal que puede acabar ese pobre muchacho cuando te canses de él?
  -Berta, yo... -No le salen las palabras.
  -¿Tú qué?
  - Creo que le quiero
  -¿Que le qué? ¿África enamorada de un tío? Venga ya, termina con esta broma porque no la estoy entendiendo y tampoco me está haciendo ninguna gracia.
  -Berta, que te lo estoy diciendo en serio. Por eso quiero que me saques de aquí. Me acaba de decir unas cosas preciosas y no he sabido decir una tontuna de las mías para quitarle importancia a sus palabras. Quiero irme de aquí y despejarme. Necesito pensar.
  -Y yo necesito una tila. ¿Sabes el susto que me has dado? ¡Pensé que te pasaba algo!
  -¡¡Y me pasa!! ¿No me has oído?
  -África, enfréntate a tus sentimientos porque aunque intentes hacerte la dura, tú y yo sabemos que no lo eres.
  -¿Pero me vas a sacar de aquí o no?
  -Está bien, pero tú y yo vamos a tener una conversación muy seria sobre ese chico; sobre el por qué no me habías contado nada; y sobre la forma que tienes de asustarme por chorradas como esta. ¿Entendido?
  -Vale, pero no es una chorrada.
Justo en ese momento, dos jóvenes pasan por al lado de Berta, empujándose uno al otro y; sin querer, el más alto cae sobre la joven apretándola contra la pared.
  -¡Aaau!
  -¡Lo siento, lo siento! De verdad, no quería molestarte.
  -No pasa nada.
  -¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?
  -Sí, no te preocupes
  -¡Oye! ¿A quién pertenece esa voz tan sexy con acento gallego? ¡Ya no me cuentas nada!
Berta vuelve a darse cuenta de que al otro lado del teléfono móvil sigue estando su amiga y le contesta.
  -Perdona, pero la que no me ha contado que se está tirando a su jefe eres tú. Además, este solo era un chico que se ha chocado conmigo.
  -¡Ey! No me estoy tirando a mi jefe, le hago el amor; y respecto al chico ese, ¿Es guapo?
  -No lo sé, no me he fijado.
  -Ya, eso significa que sí es guapo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Con "B" de BERTA. Cap. 30

TREINTA
  Paredes alicatadas llenas del vapor de agua que había ido dejando Miguel mientras se duchaba. Él y su chica han ido corriendo a por los regalos que tenían preparados para celebrar su primer mes juntos. Miguel tiene el suyo escondido en uno de los cajones que hay en el escritorio de su despacho; y África dejó su paquete junto a la ventana del salón cuando llegó ayer por la noche cargada de bolsas con la cena para los dos, de modo que ambos se han tenido que separar unos segundos para ir a recoger sus respectivas sorpresas.
El paquete de África es muy grande y pesa mucho. Casi no puede levantarlo del suelo; pero prefiere no llevarlo arrastrando por si se estropea. De repente, unos cálidos brazos rodean su cintura y siente a Miguel respirar en su cuello.
  -¿Estás preparada para abrir tu regalo?
África se da por vencida y vuelve a dejar su paquete junto a la ventana.
  -¡Mejor abre tú el mío primero! -Dice sonriendo. Desde pequeña le ha gustado eso de intercambiar regalos y siempre lo hace con la misma ilusión. -¡Venga! ¡Ábrelo!
  -Vale, vale. ¡Ya voy!No seas impaciente.
  -¡Venga!
Miguel coge el paquete, aunque con menos esfuerzo del que le estaba costando a África hacía un momento y lo observa por todos los lados posibles intentando descubrir qué es.
  -¡Venga! ¡Si quieres saber lo que es, sólo tienes que abrirlo! ¡Deja de mirarlo como si fueras adivino!
El joven mira a su chica y sonríe. Le encanta que sea así, tan niña y tan mujer al mismo tiempo. Vuelve a mirar el paquete y lo abre rápidamente, rompiendo el papel que o envolvía.
  -Es... Es precioso, cariño.
  -¿Te gusta?
  -Me encanta.-Sus ojos se humedecen mientras mira la foto estampada en ese lienzo gigante. Es una foto que se hicieron al principio de empezar a trabajar juntos. Ese día salieron todos un poco antes porque la revista organizaba una fiesta para entregar premios en diferentes categorías a personajes famosos y todos los trabajadores estaban invitados. En la foto original salían con tres compañeros más, pero África aprovechó que ellos dos estaban posando juntos para recortarla. Esa noche llevaba un vestido largo negro con encaje que le transparentaba en la zona del costado y le quedaba perfecto. Realmente estaba radiante. A su lado, Miguel le agarraba de la cintura y la miraba sonreír, justo en el momento en el que el fotógrafo apretó el botón de la cámara e inmortalizó ese instante para siempre. -Ibas guapísima ese día.
  -Tú también. ¿Sabías que fue esa noche cuando me di cuenta de que tenía un jefe muy sexy? El esmoquin negro con el fajín y la pajarita deshecha te queda de miedo.
  -A mí me gustaste desde el primer día.
África se sonroja y se le escapa una pequeña sonrisa.
  -Va, no seas tonto, que esas cosas me dan vergüenza.
  -Sólo te digo lo que siento, Afri. Sé que aún es pronto, que sólo llevamos un mes saliendo, pero sé que eres la mujer de mi vida. Lo sé desde que te vi entrar en mi despacho por primera vez, con esa sonrisa nerviosa que tanto me gusta. -Le coge la mano y la acerca hacia él. -África, te quiero como no he querido a nadie. Me haces sentir especial; desde que te conozco sólo pienso en ti y a veces me vuelves loco con tus cambios de humor, pero sé que eso es lo que quiero para el resto de mi vida. Te quiero, cariño. Te voy a querer siempre.
África le suelta la mano y se separa de él. Su cara no muestra alegría, precisamente; y Miguel deja de sonreír cuando su chica le contesta.
  - Voy un momento al baño. Ahora vengo.
Y desaparece corriendo por el pasillo.

viernes, 10 de mayo de 2013

Con "B" de BERTA. Cap. 29

VEINTINUEVE.
Paredes a medio pintar son testigos de la disputa que está ocurriendo en casa de Lucas. Esos dos amigos están acostumbrados a pelearse constantemente, pero esta vez no es como siempre. No es un simple roce o un tonto desacuerdo. Esta vez la cosa ha ido más allá y Elías no está dispuesto a dejarlo pasar como hace normalmente.
  -¿Cómo puedes venir orgulloso de lo que has hecho?
  -Te aseguro que si hubieras estado anoche como estuve yo, tú también estarías orgulloso.
  -Quita esa sonrisa de la cara porque no tiene ni puta gracia. Mira Marcos, te lo voy a decir muy clartio. Estoy harto de que siempre seas tú el que nos estropea las oportunidades. Te crees que eres el centro del mundo, que todo gira en torno a ti, pero estás muy equivocado, ¿Sabes? A mí ya me has cansado y no creo que tenga que pasar mucho tiempo para que le ocurra lo mismo a Lucas y a Pablo.
Marcos se da la vuelta y se sienta en el colchón, dejando caer la espalda en la pared.
    -¿Qué estás diciendo, tío? Yo no he estropeado nada. Más bien he hecho todo lo contrario. ¿No ves que ahora tengo a la camarera esa comiendo de mi mano? Nos va a contratar seguro y hazme caso que puedo conseguir un buen sueldo.
    -¿La camarera esa? ¡Es que no te sabes ni su nombre! ¿Cómo puedes ser tan imbécil? ¿Es que no te das cuenta de que no todas las mujeres quieren echar un polvo y nada más? Más te vale asegurarte de dejarle las cosas claras a Vero antes de que se haga ilusiones, se dé cuenta de cómo eres realmente y nos acabe dando la patada.
    -¡Vero! ¡Se llamaba Vero! ¡Lo tenía en la punta de la lengua! Te lo juro, sabía que empezaba por “V”.
Los ojos de Elías parecen estar a punto de estallar de rabia. Su amigo solo piensa en divertirse y luego los problemas se los comen entre todos. No es justo y no va a permitir que vuelva a ocurrir, eso es algo que tiene muy claro.
    -Venga, tío, no me mires así que das miedo jajajajaja. 

Mientras tanto, por las calles de Madrid.
  -Bueno, cuando el señor diga, nos metemos en algún sitio a tomarnos esa cerveza que me has prometido.
  -Que sí, pero no nos vamos a meter en cualquier sitio, no?
  -Jajajajaja ¡Quién te ha visto y quién te ve, Pablito! ¡Pero si tú has estado bebiendo en sitios tan sucios que ni los bichos querían estar ahí!
  -Lucas, no me llames Pablito. -No está enfadado, pero no le gusta que le llamen así.
  -Cuando crezcas unos...-Lucas lo mira de arriba a abajo como si estuviera calculando cuánto mide.-...siete u ocho centímetros más, entonces te llamaré Pablo jajajaja.-Lo abraza y ambos sonríen.
  -Mira. ¿Qué te parece si nos metemos allí? -Pablo señala un local al final de la calle. La fachada está decorada simulando la arquitectura del siglo XVIII y la entrada es de cristal con decoración en relieve bañada en oro.
  -¿En serio? -Lucas mira a su amigo con cara extrañada. -¿De verdad quieres entrar en "pijolandia"?
  -Venga, no te quejes que pago yo.
Los dos siguen caminando hacia allá, pero Lucas no va a pasar por alto la metamorfosis que está convirtiendo a su amigo bajito en una persona de gustos refinados y se pone a gritar en medio de la calle.  
  -¿Quién eres tú y que has hecho con mi amigo? ¡¡Pablito!! ¡Yo te rescataré donde quiera que estés! ¿Ha visto alguien a mi amigo Pablo? ¿Alguien puede ayudarme?
Y a Pablo no le queda más remedio que cogerle del brazo y tirar de él acelerando el paso para acabar cuanto antes con esa tortura.

miércoles, 1 de mayo de 2013

El futuro de la publicidad.

Para todos aquellos a los que les guste la publicidad (que creo que no son muchos), quizás os interese esa entrada. Es una reflexión hecha por mí tras leerme "El libro de Bob", el cual recomiendo porque te hace pensar y no se hace pesado; incluso no descarto volver a leérmelo este verano.
Espero que os guste.

Como cualquier actividad económica, la publicidad ha ido evolucionando desde sus inicios hasta nuestros días.
Esto es algo positivo, ya que cada vez se le presta más atención al consumidor, que al fin y al cabo es quien nos aporta la mayoría de los beneficios. Ahora el consumidor se encuentra en constante contacto con la marca a través de una relación de igual a igual, pero en el mundo globalizado en el que vivimos, encontramos cada vez más competencia.
A mi parecer, esto es una de las mejores cosas que le podría haber pasado al mundo de la publicidad. No existe mejor forma de motivación que la competencia. Ya no solo debemos superarnos a nosotros mismos, sino que debemos superar a millones de marcas más y esto sólo lo podemos conseguir reinventando la publicidad, creando una nueva forma de mostrar la marca a los consumidores.
Pero el “problema” (o beneficio, como ya dije antes) no se queda aquí. Ahora también tenemos que competir contra cualquier tipo de ocio al que pueda acceder nuestro público objetivo, ya siempre será mejor que tragarse un bloque de anuncios de diez minutos o incluso más.
A mí esto me parece genial. Ya no nos basta con crear el anuncio más original, emocional o lo que sea. Tenemos que dar un paso más y ser la mejor opción de entretenimiento, lo cual supone un gran avance en el mundo de la publicidad.
Es un cambio radical en la forma de comunicación porque ya no es la marca quien va al consumidor; sino que es el consumidor el que busca a la marca. Es él quien manda y decide lo que quiere ver y lo que no. La publicidad invasiva es historia y nosotros debemos mirar hacia delante, hacia la Nueva Publicidad.
La involucración del consumidor es la base sobre la que se construyen los nuevos modelos de publicidad. Es decir, que debemos olvidar el rol de consumidor pasivo y hacer que se sientan parte del proyecto. Tienen que vivir experiencias positivas y debe ser la marca quien se las proporcione. Esta es la mejor forma de crear vínculos emocionales con los consumidores y, como todos sabemos, los vínculos emocionales se suelen conservar a largo plazo.
Pero no solo ha cambiado la publicidad; también ha cambiado el proceso de crearla. Antes se creaba una idea que llevara la marca hasta el consumidor. Ahora la idea debe conseguir que el consumidor llegue hasta la marca y eso es lo realmente importante.
No importan las otras marcas, ni los medios en los que se desarrolle la campaña. Solo importa que la idea sea lo suficientemente buena como para que el consumidor decida invertir parte de su tiempo en ella. Y si para eso es necesario crear nuevos medios, se
crean. Es la magia de la publicidad. No tiene límites; no existen fronteras. Lo que existe en la imaginación puede existir en la realidad porque el poderoso patrimonio de la mayoría de las marcas puede permitírselo.
Incluso podemos hacer una gran campaña con el medio más barato que se nos ocurra: No podemos olvidar que una buena idea vende, pero también llama la atención de numerosas personas y, por consiguiente, se convierte en noticia. Noticia que todos los medios de comunicación estarán dispuestos a recoger, disparando así la eficacia en términos de cobertura y rentabilidad.
Como ya dije antes, hay que conseguir que el consumidor viva una experiencia que solo nosotros podamos ofrecerle, tiene que vivir la marca en lugar de limitarse a verla.
Todo esto es difícil de imaginar a corto plazo porque los medios, sobre todo la televisión, no muestran intención alguna de cambio; pero tarde o temprano tendrán que aceptarlo porque si a los consumidores no les interesan los anuncios televisivos, las marcas dejarán de invertir en ellos y la televisión perderá gran parte de sus ingresos. Este medio necesita la publicidad para sobrevivir y deberá adaptarse a lo que la publicidad le ofrezca.
Siguiendo con la relación entre la marca y el anunciante, creo que es importante hacer ver a ambas partes que la nueva publicidad no consiste en un monólogo en el que uno hable y otro escucha. Ahora las dos partes hablan y las dos partes escuchan; y son las dos partes las que reciben algo a cambio de su interacción en el proceso comunicativo. La colaboración es la base de la nueva relación.
En definitiva, podríamos decir que la publicidad está volviendo a nacer, se está reinventando y es un cambio a mejor. La nueva publicidad va a revolucionar el mundo del consumo y del entretenimiento, creando una relación de igual a igual entre el consumidor y la marca.