DIECINUEVE
Paredes oscuras, cubiertas por la sombra de la noche. A Pablo le ha tocado dormir en el suelo. O, al menos, tumbarse, porque lo que es dormir, no ha dormido mucho. Mira a los dos lados. Ni rastro de Marcos. Se lleva las manos a la cara e intenta pensar en otra cosa. Hace mucho calor y tiene la boca seca. Por mucho que lo intente, no puede dormir, así que se levanta y camina hasta la cocina. Cuando se va acercando, se da cuenta de que la luz está encendida y, al entrar, ve a Lucas en el suelo, sentado contra la pared y con las rodillas hacia arriba, donde deja caer los brazos estirados sujetando una taza. No se le ve muy contento, y eso que dentro de nada comienzan los ensayos para trabajar en la tele.
-¿Qué bebes?
Lucas se asusta al oír a su amigo.
-¿Qué haces aquí? No te había oído llegar.
-Ya... se te veía muy pensativo, como si tu mente no estuviera en este lugar.
-Tila
-¿Qué?
-Tila. ¿No me has preguntado qué bebía? Estoy bebiendo tila.
-No me cambies de tema que eso conmigo no funciona. ¿Qué te pasa tío? No estás disfrutando de este momento que la vida te ofrece. -Pablo se despega del marco de la puerta y se sienta junto a Lucas, adoptando la misma postura que su amigo.
-No puedo disfrutarlo. Te juro que lo intento, pero no puedo.
-Vamos tío, no te pongas así. -Le pasa el brazo a Lucas por encima de los hombros y lo aprieta contra sí mismo. -Tienes todo lo que cualquier persona querría tener.
-No la tengo a ella. -Al joven músico le cuesta mucho pronunciar estas palabras y no puede evitar venirse abajo. Una lágrima desciende por su mejilla y cae sobre la camiseta. Pablo no sabe qué decir pero no puede ver así a su amigo.
-Lucas, sé que es muy duro, pero ya ha pasado casi un año. Tienes que superarlo.
-Creí que lo había hecho, pero no. Me convencisteis para que tocara con vosotros en el casting y cuando me dijeron que estaba dentro, no me lo podía creer. Era la oportunidad perfecta para cambiar de vida, para seguir adelante sin Sara. Estaba convencido de que podía hacerlo, pero a medida que se van acercando los ensayos, lo veo todo más negro. Está claro que no puedo ser feliz sin ella. Las cosas deberían haber sido muy distintas aquel día.
-Vamos, Lucas, no estás solo. Has conseguido reunir al grupo y nosotros vamos a conseguir que salgas a flote. La música es tu vida, no puedes dejarla de lado por lo que pasó ese día.
-¡No, es que no lo entiendes! ¡¡ELLA es mi vida!! ¡Sin Sara, mi vida no tiene sentido, joder! -Lucas rompe a llorar y se separa de su amigo, que intenta abrazarlo a pesar de sus intentos de escape hasta que lo consigue.
-Vas a salir de esta, Lucas. Vamos a salir de esta. Todos juntos. Te vamos a acompañar el lunes a los ensayos y lo vas a hacer como nunca antes lo habías hecho. Lo harás por ella, porque si ese día no hubiera estado en ese coche, ahora mismo estaría aquí, a tu lado. Pero sea donde sea, esté donde esté, sé que te apoya, porque Sara amaba tu música y te amaba a ti. Hazlo por ella.
Los dos permanecen abrazados hasta que Lucas se calma y se van a la cama. Ha sido un día muy duro y ambos están cansados. Suerte que el grupo vuelve a estar unido, aunque no se sabe si seguirá siendo así por mucho tiempo.
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