domingo, 2 de junio de 2013

Con "B" de BERTA. Cap. 33

TREINTA Y TRES
Apoyada en la pared de la cafetería, Berta no da crédito a lo que acaba de pasar. No ha entendido nada de lo que le ha dicho su amiga por teléfono. La verdad es que últimamente estaba muy rara... Siempre con secretos e inventando excusas para no dar explicaciones de a dónde iba o de dónde venía. Ahora ya sabe que todo eso era porque estaba manteniendo una relación en secreto con su jefe, pero el numerito que le acaba de montar ahora no tiene nada que ver con eso. Respecto a que no le hubiera contado nada de esa aventurilla que estaba teniendo en el trabajo, se siente muy decepcionada. África y ella siempre se lo contaban todo, o al menos eso creía, pero de repente se entera de que su amiga lleva un mes saliendo con un chico y si se lo ha contado ha sido para que la sacara de un apuro que todavía no acaba de entender, pero no porque quisiera compartirlo con ella.
La vibración de su móvil le distrae de sus pensamientos y mira la pantalla que se acaba de iluminar. Es un whatsapp de África. Lo abre estando todavía un poco molesta, aunque con curiosidad por saber si ese mensaje le desvelará algo del extraño comportamiento de su amiga.
"Dentro de 15 minutos en mi casa. O mejor dicho, NUESTRA casa. Yo compro el chocolate."
Berta sonríe al ver ese "NUESTRA" escrito con letras mayúsculas, pero también siente temor. No puede evitar pensar en que la convivencia puede acabar con esa amistad que se ha ido forjando con el paso de los años.
De repente, aparece el Señor Mateo por la izquierda, que acaba de salir por la puerta de la cafetería.
  -¿Nos vamos? -Dice mostrándole las llaves del coche a la joven.
  -¿Cuánto te debo?
  -Nada, invito yo. -Sonríe.
  -No, venga. Dime cuánto ha costado lo mío que no me gusta ir dejando deudas. -Dice Berta bromeando con una sonrisa en la boca.
  -Anda, vamos al coche que seguro que estás deseando darle a tus padres la noticia del casting. Y cuando te den el puesto en ese programa, me invitas tú a otro desayuno. Así estamos en paz.
A Berta le parece buena idea, de modo que le sonríe haciéndole ver que está conforme.
  -Vale, pero si no te importa, preferiría que me acercaras a otro sitio. He quedado con una amiga.
  -Claro, no te preocupes. Te llevo a dónde tú me digas. Lo mismo me da ir a un sitio que a otro.
  -¿Te apetece venir esta noche a cenar a casa? Así le damos la sorpresa a mis padres. ¡Seguro que se alegran de volver a verte tanto como yo!
Berta nota cómo al oír sus palabras, su nuevo representante se pone nervioso pero no sabe cuál es el motivo.
  -Mejor lo dejamos para otro día, ¿Vale? Hoy tengo que... Hoy no me viene bien.
  -Está bien... cuando tú me digas. -No ha querido insistir porque lo ha notado incómodo, pero le ha decepcionado su respuesta. Le hacía mucha ilusión que sus padres se volvieran a reencontrar con él y en el coche de camino a casa de África está todo el tiempo ausente pensando en el por qué de su negativa.
Por otro lado, Alejandro se ha dado cuenta de que desde que Berta le propuso cenar juntos y él se negó, ella está más distante, pero sinceramente, no cree que sea buena idea volver a reencontrarse con ellos. Al menos por el momento.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario