jueves, 27 de junio de 2013

Con "B" de BERTA. Cap. 44

CUARENTA Y CUATRO
  Paredes de atrezzo, focos colgados del techo y en cada esquina. Todo perfectamente iluminado, pantallas carísimas y gente de arriba a abajo como si tuvieran más prisa que nunca.
Lucas acaba de conocer a los otros dos componentes de la banda. Uno de ellos, el que toca el teclado, se llama Lucho. Él se encargará de tocar la batería, aunque todos se sorprenden de que tenga la fuerza suficiente como para realizar esa labor al ver lo delgado que está. El que toca el teclado se llama Nico y es el más joven de los tres; por eso lleva ese peinado tan raro rapado por un lado y el flequillo más largo de lo normal. Todavía está en edad de intentar destacar de alguna forma, pero por el poco tiempo que han podido hablar hasta ahora, a Lucas les han caído muy bien. Los tres están un poco nerviosos, pero al menos sienten que pueden apoyarse los unos en los otros porque ya forman parte de un grupo; de la banda del programa. Toquetean los instrumentos, arman ruído y se ríen improvisando ritmos que van surgiendo de la emoción del momento. Realmente se lo están pasando bien a pesar de ser novatos en el mundo de la televisión y de no tener ni idea de cuál será realmente su función. Carla, la regidora, les ha dicho que pronto irán los directivos a ver cómo suenan juntos y que ya le explicarán todo de forma más detallada, pero mientras tanto, se dedican a matar el tiempo con bromas y música.
  -Vaya pedazo de plató ¿Verdad?
  -Cómo se nota que aquí se maneja dinero jajaja
  -Ya te digo... Nosotros no ganamos ni para pagar esa tele de ahí. -Nico señala a una de las televisiones de plasma que hay bajo una de las cámaras con ruedas y los otros dos se giran para mirar. Es entonces cuando Lucas vuelve a ver a la rubia de antes. Ahora está sola y ella le mira sonriendo. ¿Se conocen?
  -Chicos, ahora vengo. Voy a hacer una cosa. -Dice mientras se dirige hacia ella.
  -Mira Lucas, ya va a ligar con las chavalas jajaja.
El chico ha dejado la guitarra donde estaban sus otros dos compañeros, así que tiene total libertad para correr cómodo por el plató hasta llegar a la mesa en la que ella está apoyada.
  -¡Hola! -Dice la chica sonriendo.
  -Perdona ¿Nos conocemos? Es que me suena mucho tu cara y como no parabas de mirarme...
La preciosa sonrisa que lucía hacía unos segundos desaparece por completo y contesta nerviosa.
  -No. No sé. Puede que nos hayamos visto alguna vez. -Sabe perfectamente que es el chico con el que se chocó el otro día, pero si él no se acuerda de ella, no quiere quedar como una tonta.
  -Ah, bueno... Perece que ahora sí que nos vamos a ver mucho ¿No? Trabajamos juntos.
  -Bueno, lo mío no es seguro aún, pero sí. Espero seguir viéndote jajaja.
  -Jajajaja
  -¡BERTAAA! -Se oye a lo lejos. La chica se gira y ve a su representante haciéndole gestos con la mano para que se acerque.
  -Bueno, al menos ya sé como te llamas. Eso es señal de que te voy a tener que nombrar muchas veces por aquí. Si no, el destino no me habría hecho saber tu nombre ¿No crees?
  -S...si. Supongo. -¿Pero qué le pasa? Cómo se puede haber puesto tan nerviosa al verle sonreír? Realmente es muy guapo, pero lo que le ha dejado impactada es esa maravillosa sonrisa. Hasta le tiemblan las piernas y se ha quedado embobada ante él.
  -Creo que ese hombre te estaba llamando. -Dice Lucas señalando hacia el señor Mateo.
  -¿Qué? -Al momento se baja de la nube en la que se encontraba y recuerda que está allí para conseguir un trabajo, no para tontear con nadie. -Si, cierto. Espero verte pronto. -Y se va mucho más seria de lo que estaba cuando Lucas llegó.
  -¿Qué pasa? -Le pregunta a su representante cuando ya está cerca de él.
  -Te tengo que decir una cosa.

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